Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


lunes, 16 de mayo de 2011

La gravedad

Hasta hace bien poco pensaba que estamos atados al suelo que pisamos por la gravedad, una de esas leyes eternas que es imposible transgredir por mucho que lo intentemos, pero también pensaba que había algunas formas de engañarla, bien a través de los sueños o en todo caso por medio de la poesía y el arte en cualquiera de sus expresiones. Conforme va pasando el tiempo voy desistiendo en esta idea, los sueños son una forma abstracta del mundo material, con la poesía y el arte en general ocurre más de lo mismo, todo tiene su base en el mundo que conocemos, en todos sus ámbitos, las ideas e incluso el amor también sucumben a sus poderosos lazos invisibles que te amarran.
Increíblemente he descubierto una forma de evitarla, quizá el precio sea muy grande, o tal vez no ¿quién lo sabe? Tampoco sé si es voluntario o viene marcado de fábrica, en todo caso el precio y la forma se unifican en un único estado posible: la locura.

Texto y Foto by Johnny

3 comentarios:

  1. No compensa, Johny, no compensa...Cultiva la evasión a través del arte, del amor - aunque sea breve - pero no mediante la locura.

    Un beso terrestre,

    ResponderEliminar
  2. Me dejaba esta entrada detrás, en unos dñias de ausencia se me acumula el trabajo nen. Visto lo visto, leído lo leído, llego a la conclusión de que me gusta la gravedad, es gratis.
    Saludos Johnny

    ResponderEliminar
  3. Yo me apunto a la locura pues probadas mil recetas racionales, la gravedad no cede ni un apice. Te ancla al fondo costando incluso elevar al cielo el brazo en costosa alianza para vislumbrar el sol, siquiera esto. Te toma por el eje, epicentro mismo del alma y no se aviene a tratos. Prefiero la locura, ese tiempo dentro del tiempo... y ¿que es el arte sino la ausencia de cordura? La vida a otro ritmo... (Pensamientos cuanticos)

    ResponderEliminar

anda ponme argo aquí