Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


jueves, 2 de febrero de 2012

New Morning

Después de la larga noche en vigilia, subo a la azotea y sentado sobre el murete medianero dirijo mi vista en dirección al castillo, si nada ha cambiado el sol saldrá pocos metros a su izquierda. Hace frío, apenas lo siento pero mis vahídos son blancos. Todo se muestra silencioso y sobre el cielo de la ciudad, sumida en una leve bruma, se refleja el anaranjado color que emiten las luces de sodio de los faroles de calles y plazas.


El horizonte comienza a mostrarse azul oscuro justo cuando en pocos segundos y llegados de todas partes suena en algarabía el piar de los pájaros a modo de recibimiento de un nuevo día . Y yo espero a Kefri, el dios sol egipcio del amanecer con forma de escarabajo, a que se manifieste y comience a hacer rodar la bola primordial origen de la vida ; pasan unos minutos y comienza a recortarse la silueta oscura del castillo mientras el horizonte sigue clareándose.


Mis neuronas establecen conexiones fantásticas, me llenan de sensaciones que jamás he vivido, soy primer rayo de sol iluminando las tinieblas de la noche; gárgola de mirada inquina e infinita que observa pétrea como se empiezan a suceder los días; soy puro desvarío al dejar fluir en libertad todo lo que me acontece.


Los azules oscuros ya han dado paso a los celestes que empiezan a amarillear, ha amanecido un nuevo día, y con él cesa el piar del pájaro, al que sucede el sonido del claxon, puertas de cocheras que se abren y se cierran, la vida humana ha comenzado.


Salgo de mi letargo, miro de nuevo en dirección al castillo, ha amanecido y tú no estás a mi lado.






Texto y Foto by Johnny

2 comentarios:

  1. El mundo no es nunca el mismo al abrigo de las sombras. Pero antes o después siempre amanece, aunque no siempre sea para mejor. Besos.

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  2. He leído bastante de tu blog, tus dialogos son estupendos, muy certetros, y tu sensibilidad está a flor de piel. Me gustó lo que ví y leí.
    Saludos.

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