Cuando las cosas van mal y piensas que nada funciona en tu
vida, a modo de consuelo, uno se instala en lo catastrófico con el deseo
subliminal de que si tu explotas el mundo entero lo haga también contigo.
Ahora me siento un auténtico pasota de las crisis, de los
funestos Nostradamus y Parravicini, de los tsunamis, tifones, ciclones,
huracanes, tornados, del calentamiento global y el deshielo del Ártico, de la
destrucción de la capa de ozono, de las tormentas solares, de los políticos, de
los conspiranoicos del Priorato de Sión, del Apocalipsis de San Juan, de los
secretos de Fátima, de la profecía de los papas de Malaquías, de… etc…
Y es que ahora me levanto por las mañanas dispuesto a afrontar
el día con el convencimiento de que nada malo puede ocurrir mientras en la
antigua cafetera de mi madre sigan creciendo las plantas.
Texto y foto by Johnny
Amén. Pero resulta difícil alcanzar ese estado de sabiduría superior; no nos educan para ello sino todo lo contrario. Recojo tu evangelio y prometo ir difundiendo la buena nueva por el mundo. Hasta que algún francotirador del Apocalipsis, de esos que están tan de moda, me deje seca con una descarga de noticias rigurosamente ciertas dirigidas directamente al lóbulo frontal. No me importa ser mártir de esta causa. Besos gordos.
ResponderEliminarSomos energía y por tanto atraemos los que generamos, es algo innato en mi creer fervientemente que nada es imposible y que todo esta al alcance de mi mano si quiero. Alguien podría pensar que es pedantería, pero no lo es en absoluto es simplemente envolverse en ilusiones, ver la vida en colores mas allá de todo aquello que nos rodea, porque todo lo negativo estará el tiempo justo en el que nosotros decidamos pasar pagina, aunque la realidad siga siendo la misma pero lo que cambia somos nosotros, ese yo tan profundo que nos hace invencibles. El poder esta en la mente
ResponderEliminarPor cierto, petonets, que me los he dejado, muy cargados de energía positiva siempre.
ResponderEliminarBueno es una maravilla encontrar el cobijo necesario para que no nos alcancen de lleno y en el sentir esa seguridad
ResponderEliminarUn placer volver por estos lares espero perdones mis ausencias te dejo besos en conserva por si las moscas vuelva a perder el mapa que guía mis pasos
Tus reflexiones llaman a las mías, y no hay nada como volver la mirada hacía lo seguro, hacía las raíces para sentirse a salvo, y si las plantas de tu madre en una cafetera te dan esa seguridad..., has encontrado el equilibrio para seguir adelante.
ResponderEliminarSaludos y gracias por formar parte de mi blog.