Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


domingo, 27 de febrero de 2011

Un mundo ideal

Quería escribir una entrada sobre la crisis actual, soltar todas mis neuras, culebras y calaveras como en los tebeos, pero luego he pensado ¿para qué?¿algo nuevo bajo el sol quizás? He desistido de la idea.

Mi mente se encontraba vacía, mientras que con mis dedos me dedicaba a desempañar el vaso con hielo entre chupito y chupito de Johnny Walker, y sin previo aviso, por esas suertes de encantamientos inesperados, una neurona con su chisporroteo rebelde decidió ponerse a emitir impulsos electromagnéticos a sus adyacentes, mi mente se iluminó con una pregunta inquisidora... ¿cuál era mi mundo ideal?

Me sobrecogí. Realmente en mi vida sí tengo muy claro que es lo que no me gusta de este mundo, mi parte crítica y a veces destructiva, pero mi mundo ideal??? nunca había pensado en ello.

Creyendo fácil la respuesta elaboré entonces una hoja de ruta (palabra de moda) todo un batallón de buenos deseos, ni guerras, ni enfermedades, nada de ambiciones desmedidas, ni hambre, ni penas, ni... un sin fin de “nis” , todos ellos cambiados por amor, paz y felicidad sin límites para toda la humanidad, comencé a reír al imaginarme toda una humanidad llena de gorditos felices, sé que es una frivolidad pero así lo pensé. Y me vi tan ingenuo...

La vida tal y como la conocemos está basada en la creación y la destrucción en todos los niveles de lo existente, en lo estelar y lo atómico. El dolor, errar, amar y desamar, vivir y morir,... todo forma parte de un equilibrio necesario para el crecimiento interior, son las cartas marcadas con las que juega la Naturaleza.
Finalmente he pensado que deseo simplemente un mundo mejor y más justo, que es más realista y alcanzable que mi hipotético mundo ideal, simplemente hay que luchar por ello.

Tanta palabrería para deciros .... “virgencita déjame como estoy...” ainssssssssssss

domingo, 13 de febrero de 2011

Manichaeus

Morimos y nacemos cada minuto, cada segundo, al fin y al cabo somos un conglomerado de átomos cuyo único fin es luchar por su supervivencia, nacer, crecer, reproducirse, caer en declive y morir.

Según las enseñanzas de Buda “todas las cosas de este mundo están sujetas al cambio y a la destrucción: es la ley de la no permanencia”. ¿Ocurre lo mismo con los sentimientos, los pensamientos, las pasiones, miedos y odios? ¿Y el amor?


Si en algo estoy muy de acuerdo en lo que argumentaba Einstein es precisamente en la relatividad del Universo que nos circunda, todo es tan relativo... pienso que jamás se pierde todo aquello que nos ha hecho crecer como personas, todo aquello que coincide con la parte etérea del ser humano, lo intangible y que sin embargo es nuestra seña de identidad, más allá incluso de tener un nombre y apellidos.


La eterna dicotomía del cuerpo y el alma.


¿Se destruye, cambia o transforma el recuerdo de nuestro primer amor? ¿el tácto de dos manos que se unen por primera vez?¿Y el primer beso? ¿y el perfume de su cuerpo impregnando cada centímetro cúbico de aire? ¿Y el recuerdo de la primera vez que viste a tu hijo? Puede cambiar y transformarse el concepto de ese sentimiento llamado amor pero no morir, así como tampoco los recuerdos que quedan grabados a fuego en los archivos akhásicos de ese cosmos que es nuestra mente.


Y tantas y tantas veces pienso y elucubro... dónde irán los sentimientos, pensamientos, los deseos, los sueños, una vez despojados de la parte física, se trata de mi vida!!!




martes, 1 de febrero de 2011


¿Qué es el tiempo si no espera?

¿Qué es la espera si no promesa?

El tiempo es promesa,

Aunque la espera se haga eterna.


Hay despedidas con sabor a reencuentro.