Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


sábado, 12 de octubre de 2013

Sin asunto


ILSA
¿Y nuestro amor no importa?
RICK
Siempre nos quedará París. No lo
teníamos, lo habíamos perdido,
hasta que viniste a Casablanca.
Pero lo recuperamos anoche.
ILSA
Dije que nunca te dejaría.
RICK
Y nunca me dejarás. Yo también
tengo mi labor que hacer. Y no
puedes seguirme a donde voy. En lo
que he de hacer, no puedes tomar
parte. Yo no valgo mucho. Pero es
fácil comprender que los problemas
de tres pequeños seres importan un
bledo en este loco mundo. Algún día
lo comprenderás. Vamos, vamos...
Ilsa tiene los ojos arrasados de lágrimas. Rick le pone la
mano en la mejilla y le alza la cabeza para encontrarse con
su mirada.
RICK

Esta va por ti, muñeca.


Foto by Johnny

Dijo alguien alguna vez que no es cobardía levantar el pié para no pisar la polilla, sino un supremo acto de amor.