Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Solsticio de invierno

Un año más vuelve el solsticio de invierno, se inicia otra vez la apertura de la puerta de los dioses, que de nuevo harán al hombre humanas apariencias. Me confieso creyente, no de las religiones, ni de las escuelas filosóficas, ni moral o ética alguna, sino de la magia, y no precisamente de la que nos ofrece el prestidigitador. En estos días es cuando más aprecio esa magia solsticial que me llega envuelta en mil y un aromas, pero con el sabor ¿amargo? Del recuerdo, y es porque tal vez echo de menos esa magia de la infancia, en la que desconocía el significado de lo que era un portal de Belén, para mí lo más importante era montarlo, levantarme temprano para recoger el musgo fresco de olor intenso después de la caída del rocío la noche anterior, ó ayudar a mi madre a hacer la masa para los roscos de anís de estos días, envueltos en los aromas de matalahúva y canela en rama, y , aunque ahora sé que no debe hacerse, coger una rama de pino para llenarlo de bolitas y bombillas, y como olía el arbolito ummm, esos perfumes eran la Navidad,
Ahora que conozco y sé el simbolismo de lo que es la Navidad, en una sociedad aséptica, mercantilizada y desnaturalizada, pienso que la magia, la verdadera magia, se encuentra en lo más básico y elemental, fuera de cualquier atisbo de conocimiento.

Tampoco me hagáis mucho caso, quizá mis reflexiones sean producto de que me estoy haciendo mayor y  comienzo a mirar la vida por el retrovisor.

Pero bueno, ya llega el solsticio, y yo, escribiendo esta entrada, he vuelto a mi niñez, reencontrándome con la magia, o tal vez sea que estoy bajo el influjo de Urania, mi musa favorita, nunca se sabe...


             Texto y foto by Johnny

jueves, 28 de noviembre de 2013

A salvo?

Cuando las cosas van mal y piensas que nada funciona en tu vida, a modo de consuelo, uno se instala en lo catastrófico con el deseo subliminal de que si tu explotas el mundo entero lo haga también contigo.

Ahora me siento un auténtico pasota de las crisis, de los funestos Nostradamus y Parravicini, de los tsunamis, tifones, ciclones, huracanes, tornados, del calentamiento global y el deshielo del Ártico, de la destrucción de la capa de ozono, de las tormentas solares, de los políticos, de los conspiranoicos del Priorato de Sión, del Apocalipsis de San Juan, de los secretos de Fátima, de la profecía de los papas de Malaquías, de… etc…


Y es que ahora me levanto por las mañanas dispuesto a afrontar el día con el convencimiento de que nada malo puede ocurrir mientras en la antigua cafetera de mi madre sigan creciendo las plantas.


             Texto y foto by Johnny

viernes, 8 de noviembre de 2013

El Ocasorto

Conozco una calle en la que en ciertos días del año el sol se pone por un extremo mientras la luna aparece por el otro.  Y yo, en medio, sin querer perderme el orto y el ocaso,  mirando a un lado y a otro, sin que mis sentidos se puedan colapsar a la vez de los acontecimientos cósmicos, al final mirada al frente para ver como se impone la negrura de la noche, a modo de consuelo sé que las estrellas despuntarán desde la oscuridad.


A veces tengo la impresión de que el Diablo juega con los dados trucados aunque Dios no se preste a ese juego.





sábado, 12 de octubre de 2013

Sin asunto


ILSA
¿Y nuestro amor no importa?
RICK
Siempre nos quedará París. No lo
teníamos, lo habíamos perdido,
hasta que viniste a Casablanca.
Pero lo recuperamos anoche.
ILSA
Dije que nunca te dejaría.
RICK
Y nunca me dejarás. Yo también
tengo mi labor que hacer. Y no
puedes seguirme a donde voy. En lo
que he de hacer, no puedes tomar
parte. Yo no valgo mucho. Pero es
fácil comprender que los problemas
de tres pequeños seres importan un
bledo en este loco mundo. Algún día
lo comprenderás. Vamos, vamos...
Ilsa tiene los ojos arrasados de lágrimas. Rick le pone la
mano en la mejilla y le alza la cabeza para encontrarse con
su mirada.
RICK

Esta va por ti, muñeca.


Foto by Johnny

Dijo alguien alguna vez que no es cobardía levantar el pié para no pisar la polilla, sino un supremo acto de amor.

lunes, 22 de julio de 2013

HIP 22689

   Si os digo HIP 22689 estaréis pensando que os pido la recarga de un tóner  para una  impresora de nombre parecido, o tal vez que os hablo del número de bastidor del compresor de un frigorífico, o de la nomenclatura de un determinado producto químico,  de alguna sustancia como el glutamato sódico, o sabe Dios qué os pueda pasar por vuestra mente; lo seguro es que no vais a pensar ni remotamente, como me sucedió a mi por ejemplo, en lo que verdaderamente es.
   Me la trajo un mensajero envuelta en un sobre metalizado,  plateado y brillante, su aparición no fue discreta, invitaba a abrirlo, parecía importante. Me senté y puse el sobre en la mesa, y empecé a acariciarlo como suelo hacer cuando adquiero un libro que sé que me va a gustar y toco sutilmente sus lomos y tapas. Sentía su tacto suave y me dejé  traspasar por las vibraciones que me transmitía - soy muy perceptivo en estos menesteres, de los que necesitan tocar las cosas y “sentirlas”, aunque me haya costado más de un disgusto en algún que otro museo o recinto arqueológico esa manía de tocar las piedras- así que lentamente tiré de la solapa y abrí el sobre, introduje la mano y saqué otro sobre metalizado azul más pequeño, repetí  la operación y vi una serie de folios sueltos, un cuadernillo y un diploma ¿un diploma? Sí, un diploma que  venía con una carta de presentación en la que dice textualmente:

 “ Estimado señor o señora:  Usted acaba de recibir un regalo exclusivo de alguien que lo aprecia enormemente! El equipo de xxxxxx  desea felicitarlo por poseer un cuerpo celeste a su nombre. Este nombre permanecerá como único en el registro oficial de xxxxxxx  para dicha estrella. … “

Esto quiere decir que tengo una estrella compartida a mi nombre, no es vitalicio, es una concesión por una serie de años aunque dudo mucho que dure yo todo el tiempo de la concesión,  todo viene debidamente certificado y registrado junto con un cuadernillo en el que viene la posición de la estrella en los cielos en cada mes del año.

 Todos sabemos que, gracias a los dioses,  el cielo no es  propiedad de nadie… bueno  esto es relativo porque la Tierra es también un objeto celeste y…. sin comentarios…, pero ahora tengo una sensación muy especial cuando levanto la vista hacia la Constelación de Orión:
    Miro a un punto muy concreto en la infinitud del espacio, se me humedecen los ojos de ilusión al ver que… 
                                    ella ha puesto una estrella a mi nombre...


lunes, 3 de junio de 2013

Viaje hacia las estrellas

Para alguien tan impaciente y manazas como yo ha supuesto todo un reto dedicarle un año a este barco, horas y horas de trabajo con piezas ínfimas que se escurrían entre los dedos, de lijar una y otra vez, con lo que odio lijar (me hace rechinar los dientes), de sufrir con unos planos mal explicados en la ejecución de los tiempos de construcción de las velas, de tener que aprender, siendo de secano, qué es el trinquete, la botavara, el cuadernal, la popa, la proa, los obenquillos, el petifoque, los motones, los marchapiés de la verga del juanete de proa, etc… Después de liarme mil veces con las cuerdas de velas y aparejos, de aprender a hacer nudos marineros para acabar pegando las uniones con super glue, he de reconocer que después de todo, de tanto y tanto… ha merecido la pena.

En el antiguo Egipto, según el Libro del Amduat , el faraón cuando fallecía debía de recorrer en la barca solar, la Duat ( el Más Allá), durante las 12 horas nocturnas, sorteando todo tipo de peligros, finalmente, una vez sometido al juicio de Osiris, renacía entre las estrellas, probablemente en la constelación de Orión.

Para ti papá, aquí tienes tu barca simbólica, el Juan Sebastián Elcano, bergantín-goleta de 4 palos, buque escuela de la Armada española, al que quisiste enrolarte en tu juventud. Ya nada te impide recorrer la Duat con plenas garantías de éxito en tu viaje hacia las estrellas.

Texto y Foto by Johnny.

jueves, 4 de abril de 2013

Porque si


Porque es una frase que siempre te quise decir, que define perfectamente sentimientos, sensaciones, emociones que me das. Porque no quiero tenerte guardada como una muñeca rusa, esperando el momento de ver la luz después del desenvolvimiento de todo lo que antecede. Porque no solo eres una risa contagiosa espontánea y ronca, ni el sutil aleteo de unas pestañas sobre el brillo de unos húmedos ojos, ni tan si quiera la imaginación de unos cabellos sedosos con olor a manzanilla escurridizos entre mis dedos. Porque no solo dependo de tu generosidad. Una frase…una frase para definirte…
Eres como un arcoiris en un charco de gasolina sobre la calle mojada.

 
Texto by Johnny


 

jueves, 7 de marzo de 2013

Pajas mentales


Tras mucho meditar San José Obrero todavía no había llegado a una conclusión, andaba allá por las periferias del paraíso en soledad celestial esperando el día de la resurrección de las almas en el juicio universal al final de los tiempos, tenía una “duda razonable”, veamos,  no se podía presentar así tal cual, necesitaba una tarjeta de presentación para que su alma resucitara entre los justos y poderosos, ¿ dónde iría a parar si se le relacionaba como  a un “currito” más? Un santo siempre perdona pero se sentía maltratado por la historia, San José… Obrero…  ¿en qué estaba pensando la Ecclesia cuando le puso el mote? ¿Acaso no se daban cuenta de que pasaría  la eternidad haciendo muebles de pino gallego? Odiaba lijar!!! Bueno un santo no odia… digamos que le disgustaba…
Así que sin más diseñó una tarjeta de visita, sencilla eso sí, que por lo menos recogiese sus títulos como preceptor de Nuestro Padre Jesús Bendito, el  fue el que le limpió la caquita desde pequeño, eso no viene escrito  en los Evangelios, ni el pastón que le costó viajar a  Egipto para que no se lo pelaran, porque Dios en su magnificencia solo dijo “ahí queda eso” , además explica tu lo de la Inmaculada Concepción de la Virgen a los vecinos…
En fin, su duda razonable era la siguiente, tenía dos títulos que ponerse y no sabía cual utilizar,
San José
Padre del Señor, Obrero Especializado (carpintero)

ó

San José
Pater Putatibus

Peroooo ¿cuál, cuál, cuál?

A eso que pasaban por allí los Reyes Católicos y viéndole tan ofuscado con el dilema, le dijeron “oye Jóse, pon los dos, mira nosotros después de pelearnos casi a diario...tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”.
A San José, que después de tanta cerrazón, le pareció la idea de p.m. (puro milagro), no tardando en adoptar “sus” dos titulaciones oficiales.  

No se hablaba de otra cosa en los mentideros celestiales que no fuese de la tarjetita que tan amablemente les había dado a cada uno de ellos San José, la mayoría pensaba que acabaría acusado de tráfico de influencias o malversación de fondos celestiales por la confección de tanta tarjeta, o vaya usted a saber. Lo cierto es que todos pensaban que acabaría muy mal, que ellos no tenían nada que ver en el asunto, salvo que ahora tendrían que hacer más milagros para llegar a final de mes hasta que no estuvieran pagadas las tarjetas, así que lo encomendaron al Tribunal Supremo, que ya ellos se encargarían el día del Juicio.
Mientras, un tanto cabizbajo,  Nuestro Padre Jesús Bendito  sólo repetía incansablemente entre dientes…¡Dios Mío que cruz!



 
 
Texto by Johnny, imagen tomada de Internet

jueves, 10 de enero de 2013

Blues


Paseábamos por el centro de la ciudad a altas horas de aquella fría noche de invierno, tras un día en que el alcohol había hecho ya mella en las voluntades. Las calles estaban vacías y buscábamos ese último rincón abierto donde arrojar al falò delle vanità el resto que nos quedaba de verborrea fácil.
 Una de las  personas con las que iba propuso hacernos un regalo muy especial, encaminándonos a un local situado en los bajos de un edificio, que nada tenía de antro o tugurio como en un principio pensé, con una fachada sencilla, de amplios ventanales de celdillas cuadriculadas de madera y pvc blanco en vez de cristal, que traslucían la calidez de las luces amarillentas de su interior. 
Una vez dentro llamaba la atención una larga barra acolchada en cuero negro en la parte superior de la tapa que formaba rombos a través de los botones que tenía incrustada. Al final de la misma había tres personas sentadas en taburetes, incluido el camarero, dos chavales con sus guitarras,  y éste último que hacía las veces de solista, un poco más distante detrás de un cortinaje verde oscuro que separaba la zona de la barra de la sala más reservada de pequeñas mesas y pubs, un cuarto músico de pié, éste con el fliscorno.
Es como si estuvieran esperándonos, después de servirnos unas copas, el camarero volvió a su taburete y comenzaron a tocar como si nada hubiera cambiado.
Las dos guitarras sonaban limpias en el aire, una con los acordes y la otra con el punteo, y detrás batiendo la oscuridad elevaba sus notas solitarias el fliscorno, mientras una voz gutural repetía una letra que más bien se asemejaba a un quejido del alma. Los músicos que apenas se conocían entre sí se conjuntaban de tal forma que podrían hasta ablandar  una roca. Era un blues que en aquél pub, sin apenas público, invitaba a calentar el corazón a resguardo de la frialdad de las tinieblas. Sonidos límpios y puros que me transportaron a otra dimensión a otros tiempos, o quizás a mi juventud en la que trataba de arrancarle acordes a una guitarra de cinco mil pesetas al ritmo de Dylan o Clapton.
Y lloré, una única lágrima amarga y salada, no sé bien si por la emoción, la envidia, el alcohol o los tres a la vez. Descubrí que había estado demasiado tiempo encerrado en el laberinto de la vida misma, donde al minotauro se le llama ego,  pero en aquel momento intuí que el blues era el camino... mi hilo de Ariadna.


Texto y Foto by Johnny