Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad

Feliz Navidad

viernes, 16 de diciembre de 2011

El Jugador

Doble o nada, grita.
Los dados saltan, brincan, giran sobre si mismos en movimientos diabólicos, chocan, se cruzan, rebotan.
Y el iluso se ciega en la suerte, en la fe, en la esperanza.
Doble o nada, grita.
Y los dados paran,
Y los dados hablan:


“No hay mayor éxito que el fracaso,
Y el fracaso no es ningún éxito.”


Un ayer plagado de apuestas arriesgadas,
Un presente.
Un futuro que sólo se vaticina.



Texto y Foto by Johnny

jueves, 8 de diciembre de 2011

Pitonisa

La quiromante, joven, de bellas facciones, curvilínea y de una hermosa melena tintada de rubio - en contraposición con la clásica gitana que pertrechada con su ramo de romero te asalta en cualquier rincón de Sevilla con la maldición escrita en sus ojos como condicionante a cualquier negativa - acariciaba las manos dibujando con el dedo índice las finas líneas de las palmas, transmitiendo un calor sensual fácil de sentir, difícil de describir. Embelesada lanzaba al aire sus predicciones a los allí reunidos, más bien radiografiaba la personalidad de cada uno para vaticinar después su futuro y más de uno tuvo la sensación de encontrarse al desnudo, delatado por esa cara de estupor que se queda cuando se reconoce la verdad.

Yo era de los más renuentes a que me leyera las palmas de la manos, por motivos personales que no vienen al caso, sin embargo mostró mucho interés en leerlas, tanto que al final accedí, no sé bien si fue por su voz cadenciosa, o por verme reflejado en aquellos ojos negros que comenzaban a enamorarme. Lo cierto es que empezó a trabajar mis manos, las acariciaba, estiraba la piel, mientras yo me concentraba en su amplio escote y en lo carnoso de sus labios. De vez en cuando levantaba la mirada y sonreía, pensaba yo si también era capaz de leer el pensamiento, pero no decía nada. En fin, conmigo fue concluyente, me agarró fuerte las manos y me dijo: “ Ajá, tal y como yo pensaba...” ¿El qué? Pregunté todo intrigado, “ pues que eres un poeta, chaval... pero con los pies en la tierra” ¿y eso es bueno o malo? Volví a preguntar, “ te quemará el alma “ me dijo lacónicamente.

Más tarde me despreció la copa a la que la quise invitar por el pago de sus servicios.

Quizá sea esa la razón por la que a veces ardo como un carbúnculo.



Texto y Foto by Johnny