Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


sábado, 21 de enero de 2012

De copas

¿Medio llenas?¿medio vacías?
Sin ambigüedades.
Una mañana de frío.
Una tarde de conversación amena.
Una noche de olvido.
Pero al final simplemente dos copas sin contenido.



Texto y Foto by Johnny

4 comentarios:

  1. Se me ocurre que siempre que algo se vacía, hay algo que se llena... Besos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Johnny, me encanta esta entrada: la fotografía y el texto...Pero espero que de esas copas quede, no solo el recuerdo de que estaban llenas, sino también todos y cada uno de los segundos que fueron vaciándose mientras se disfrutaba de una buena compañía. Seguro que algo queda.
    Un beso,

    ResponderEliminar
  3. Me quedo por tus Historias, con tu permiso.
    Puede que vea como algún atrevid@ llena de nuevo esas copas.

    Un placer

    Saludos de Isis

    ResponderEliminar

anda ponme argo aquí