Escribiendo por impulso bajo el haz de luz blanca de
hospital que se me hacen estas nuevas luces de bajo consumo, mi recuerdo se pinta de aquel amarillo incandescente de la bombilla clásica
de toda la vida, aquella que proporcionaba calidez a la noche e invitaba a un?
whisky solo con hielo, esa que hacia posicionarse a Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene,
Polimnia, Thalía, Terpsícore y Urania en confuso orden de revista . Por Zeus
que esta estúpida luz no invita a otra
cosa que no sea agua fresca, transparente y pura…, la fría plantilla blanca de
Word luce impoluta en el ordenador mientras presiento como las musas revolotean
a mi alrededor esperando a que las prostituya amparado en el secreto oscuro (o amarillento)
de la noche, a la espera del pistoletazo de salida para pasar de las líneas
rectas de la cordura a las sinuosas
curvas del desvarío, perdiéndome en mi yo infame, lujurioso, infiel y traidor.
Libradme por Dios de esta insidiosa luz blanca, que ciega
mi podredumbre con su concupiscencia con los buenos propósitos y excelsos
ideales de los que huyo como los mismos polos del imán. Maldita luz que en su
blancura cargada de realidad trunca mi camino y me reduce como el rayo de sol
al vampiro a lo que quise dejar de ser, triste poeta con los pies en la tierra…
Luz blanca, agua
fresca, transparente y pura… y me pregunto…si acaso el cielo no puede esperar…
Texto y Foto by Johnny
Angustioso tu sentir... pero con un trasfondo imponente.
ResponderEliminarMil besitos, amigo Johnny.