Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


lunes, 22 de junio de 2015

El solsticio


Comienza el día del solsticio, éste año se manifiesta  con una alineación cósmica, formando un triángulo isósceles sobre el horizonte del oeste, la Luna Creciente, Venus y Júpiter en cada uno de sus vértices frente a la constelación de Cáncer. Sería un buen momento para reflexionar en todo lo bueno y malo de los 365 días transcurridos, fogueando en el crisol todo aquello que nos impide crecer. Sin embargo, hoy, el día en que se debe abrir la puerta cósmica del hombre, con la mirada perdida en las estrellas y en las profundidades del Cosmos, amplío la reflexión a toda una vida, y no me hace bien pensar en cuántas etapas de ella he quemado creyendo que me eran nocivas y cuántas he salvado creyendo lo contrario.  No pasaría nada si se admitiera, no sé por quién,  un margen de error plausible  para vivir, pero la vida es sólo una y efímera, y lineal es el tiempo, será por esto que esta noche  los errores cometidos me saben a condena y mis aciertos y glorias a supervivencia. Quizá  no sea tarde ni pronto para nada, pero comienza a darme miedo esa palabra que lleva en su caracteres la semilla del principio del fin o el epílogo de una existencia: aceptación. Ahora escucho mi corazón bajo el influjo celestial y noto como se rebela pidiendo a gritos en forma de oración o rezo una nueva etapa…aunque todo siga dependiendo de mi. Y así van pasando…los idus del solsticio.



Texto y Foto by Johnny 

 

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