Desde la noche de los tiempos



En el antiguo Egipto se desarrolló un sistema de medición del tiempo para los periodos nocturnos, en ese momento en el que el reloj de sol perdía su utilidad al ocultarse éste en el horizonte. Consistía, en su forma más básica, en una vasija o recipiente con varias marcas en sus paredes y un orificio en su base, se llenaba de agua y dependiendo del diámetro del orificio el agua salía con mayor o menor fluidez, conforme iba vaciándose a lo largo de la noche iba dejando al descubierto las marcas, estableciendo así los tiempos nocturnos. Había nacido La Clepsidra, palabra que proviene de la griega klepsydra, klepto (robo) hydro (agua), el ladrón de agua.

Las palabras son como gotas de esa clepsidra que miden el tiempo en pasado, presente y futuro, tengo mi recipiente lleno de esas palabras que esperan fluir lentamente como una gota de tiempo en el océano para finalmente convertirme en un ladrón de tiempo, tu tiempo.


miércoles, 8 de febrero de 2012

Shu

Mientras la historia se llena tanto de victorias como de fracasos, desenrrollo el paño de terciopelo azul donde se encuentra mi pluma de pavo real de Katmandú, teñida de miles de colores, suave y fina, y pienso en que todos los días se escriben en las páginas de los libros de la vida de miles de millones de personas, anónimas la inmensa mayoría y públicas el resto, letras que hacen referencia a pequeñas batallas cotidianas, ilusiones, proyectos, aventuras y desventuras, penas y glorias, historias de amor y desamor, noches de insomnio y días de rélax, odios y alegrías, nacimientos, enfermedades, muertes, y todo aquello que hace al ser humano lo que es. Y saco de un rincón del escritorio el cuadrado y pequeño bote de la mejor tinta negra del mercado, enciendo una varilla de incienso y dos velas aromáticas olor a canela. Y medito sobre las páginas de mi libro, creo que está lleno de todo lo relatado anteriormente y más. He creado el ambiente buscado, mojo mi pluma en el tintero y me dispongo a escribir, recreándome en las letras, en sus redondeces, sus palos, la forma de los acentos y los puntos y comas, y descubro que uno tiene ya una edad y que ya no me importa lo que escribo, sino el cómo.


Ahora decoro el papiro.





Texto y Foto by Johnny

2 comentarios:

  1. Creo que es muy importante haber llegado a esa conclusión: me parece fundamental que el autor sea consciente de sus compromisos y esté dispuesto a aceptarlos. Besos.

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  2. Tu papiro es inmensamente hermoso y a estas alturas puedes escribirlo como te de la gana porque de alguna u otra manera todo lo que hay en ti lo llenara enriqueciendonos a todos.
    Petonet

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