Me emociono en el recuerdo de tus ojos marrones nublándose cuando me contabas que la contestación a la solicitud de tu sueño fue rota por unas manos maternales que no podían prescindir de ti, eras el más fuerte, el que nunca se quejaba.
Hoy hace cinco años que tomaste otro barco, esta vez rumbo a las estrellas, pero yo sé donde encontrarte padre, parte de tu alma está en forma de sueño, de rumor del viento en las velas del Juan Sebastián Elcano.

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